30.1.08

Living proof


Me despierta el sonido del celular, el aviso de que he recibido un mensaje. Pienso que es más tarde, pero no, es temprano, aún. Se ha realizado un depósito. En el buzón, descubro que se realizó otro, pendiente. Puedo, por fin, pagar la retrasada y alta cuenta que nos hizo llegar Luz y Fuerza del Centro al condominio. Pero, momento. Antes del mensaje, el sueño. Soñaba, también, con luz. Los niños me pedían que arreglara un juguete, una especie de lancha-veladora. Se le había caído la vela (no de lona ni de tela: una vela de parafina y cera, tal cual). Lo arreglaba lo mejor que podía. MP les preguntaba si había quedado bien. Ellos asentían, hacían thumbs up, se reían y salían corriendo a la orilla de un río. O de un lago. Antes de eso, eran adolescentes. Estaban emocionados, andarían en lanchas rápidas. No recuerdo más.

Luz, pues.

Antes de irme a dormir, antes de la madrugada y del mensaje y del sueño, leía. El libro llevaba tiempo aquí, ante mí. Me lo llevé de viaje, incluso. Pero no lo había leído, aún. Ayer, sin embargo, el libro se impuso. Albert Camus. Una vida, de Olivier Todd. Leí, entonces, el primer capítulo, la muerte del padre que sólo conoció al bebé Albert durante ocho meses. Se fue a la guerra. Perdió la vida.

Oscuridad, pues.

Regreso al amanecer, pasado el sueño y el mensaje, la lectura. Pongo un disco. Elijo una canción. "Living Proof", segundo track de The Greatest, de Cat Power:

My beating heart the anchor to a ship so warm
You're supposed to have the answer
You're supposed to have living proof
Well I am your answer I am living

Demasiada luz, de pronto, reflejada sobre mí, aquí.

Así las cosas.

[PS. Hablando de luz, los invito a leer esto.]

1 comentario:

Hitlercito dijo...

si eres entusiaste de camus tengo el extranjero completo leído por el autor, es extraordinario, incluso si no hablas francés vale la pena tenerlo, si te interesa con mucho gusto te lo copio y tel lo mando con nuestro amigo en común memo núñez