31.7.08

Varia


1. La presentación de Al pairo fue entrañable. Allí estaba, en el público, el capitán de la Marigalante, tan vital como su nombre, y la velada fue toda marina. Enhorabuena, Humberto. Corran a la librería Rosario Castellanos del FCE por un ejemplar del libro.

2. Hoy terminó la primera, intensa fase de promoción de La hermana falsa. Hay ya varias entrevistas en la red, por si les interesa "leerme" hablar en lenguaje periodístico-cultural. Extraño lo que a veces uno dice... Gracias a todos los reporteros involucrados.

3. Tengo en mis manos un ejemplar recién salido de prensa de la primera novela de Gerardo Piña, La última partida (México: Tusquets, 2008). El arranque del relato es todo un prometedor anzuelo. Lo leeré en la playa, aunque si no estuviera tan cansado lo haría en este mismo momento: muero de curiosidad e intriga.

4. Hoy comí en La vinería con Nicolás: nos la debíamos. Y, al platicarle del proyecto de mi próxima novela, entendí todo. Me esperan tres años intensos: que sea el largo aliento. O lo que sea. De algún modo, ya es.

5. MP hace sus maletas. Viajaremos, de nuevo. Y ya estamos de viaje.

6. Así los desplazamientos, así las cosas.

26.7.08

De regreso

1. Hoy regresamos al DF, ocho pasajeros en la Windstar verde que mi padre se ganó en el banco hace algunos años. Almorzamos en Morelia: mucha carne. Lluvia camino a Atlacomulco, pasados Cuitzio y su laguna. Verdor en la carretera, luego del azul del mar, el agitado Pacífico de Troncones. Ahora, los niños ven el final de Cars y MP y yo estamos ante sendas MacBooks, ambos en el limbo de Blogger.

2. El viernes recibí una noticia importante: entré al Sistema Nacional de Creadores. Escribiré, en paz, durante los próximos tres años. Dos libros: una novela, un conjunto de relatos triestinos.

3. Como ya dije, el próximo martes presento Al pairo, ópera prima de mi amigo Humbero Aguinaga. Aquí la invitación al evento.


4. Y luego de la semana de promoción de La hermana falsa, al Pacífico de nuevo, aunque ahora a Pie de la Cuesta.

5. Así las olas, así las cosas.

19.7.08

Vacatio


1. Me voy de vacaciones: no habrá blog en varios días y todo apunta a una seria desconexión de la virtualidad. Será el mar, serán las olas, será el Pacífico.

2. Un sueño guajiro hecho realidad. Bueno, a medias. Un adelanto de La hermana falsa (que ya tendría que estar en librerías) apareció en una revista que "tiene muy buenos textos" y, además de eso, mujeres en mayor o menor medida desnudas: Playboy. Ya no me dio tiempo de digitalizar la portada --lo haré a mi regreso--, pero cómprenla en Sanborns: 50 pesos. Muy buenos textos, ya saben.

3. Presentaré Al pairo, la primera novela de mi amigo Humberto Aguinaga, en la librería Rosario Castellanos del FCE. La cita es el martes 29 de julio a las 20 horas, 8 de la noche. En la mesa estaremos Mónica Lavin, el novelista y yo.

4. Apareció el número más reciente de La Tempestad, cuyo dossier principal está dedicado a los deportes y las artes. Además, en su dossier lateral se hace una lectura sonora de Olivier Messiaen. Reseñas variopintas, una de MP entre ellas. Y de postre, textos de Antonio Ortuño, fotos balthusianas de Miss Aniela (comentadas por mí) y una intervención tintera de Armando Hatzacorsian, presentada por Óscar Benassini, entre otros. Cómprenla en Sanborns cuando vayan por su Playboy.

5. Algo más. Pero no lo recuerdo. Así la memoria, así las olas, así las cosas.

15.7.08

El campo urbano

What if “eating local” in Shanghai or New York meant getting your fresh produce from five blocks away? And what if skyscrapers grew off the grid, as verdant, self-sustaining towers where city slickers cultivated their own food?
Lo anterior se lo pregunta Bina Venkataraman en "Country, the city version", un reportaje sobre las granjas verticales urbanas aparecido hoy en el New York Times. La ciudad en la que se construiría un primer prototipo sería, claro, Manhattan. Y pienso, irremediablemente, en Wall*e, en los desechos fruto del megaconsumo, en la sobrepoblación, en la estupidez. ¿Consumir vegetales frescos, sembrados en la propia ciudad, en vez de una hamburguesa en McDonald's? ¿O comerse una Big Mac con carne de reses criadas en una granja vertical ubicada, digamos, en la Sexta Avenida y la calle 32? Interesante, sí, llevar el campo a la ciudad, encerrarnos aún más en nuestras urbes. ¿Por qué no, mejor, cambiar los hábitos de consumo, las tendencias? Ay, la utopía incansable, aun en la adversidad. Así los vegetales, así las cosas.

11.7.08

Firewoman

En busca de semillas de zaragatona --más sobre este peculiar producto en otra entrada, más adelante--, MP, los niños y yo emprendimos una expedición al Mercado de Sonora, ayer. Cumplida la misión, salimos del mercado por la calle trasera (allí donde venden mariscos), dimos la vuelta en el Eje 1 Oriente y dimos de lleno con la Estación Central de Bomberos de la Ciudad de México. G, quien insiste en que quiere ser bombero cuando crezca, se quedó pasmado. Entramos a la estación, pedimos permiso para ver los camiones, pipas y demás (hay vehículos de principio de siglo --y antes-- allí) y, para nuestra sorpresa, asignaron a un bombero que estaba de guardia para mostrarnos el lugar y darnos información sobre el Heroico Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de México. G y T no tardaron en subirse a los camiones --les encantó el más largo: el de la escalera, especial para edificios altos en llamas-- y en ponerse cascos, botas y demás parafernalia. Pero lo mejor fue "la prueba del minuto". Estábamos a media visita, con G disfrazado de bombero, cuando el "Número 3" de la estación le preguntó a MP que cuánto quería a su hijo. Ella, claro, hizo un gesto que significaba lo infinito. Y Número 3 le dijo que lo comprobarían: cargó a G de un brazo, lo llevó a una banca a 20 metros de distancia, regresó con nosotros y le puso la prueba a la súbitamente asustada madre. "Tiene un minuto para ponerse el traje de bombero y rescatar a su hijo", dijo Número 3 sin más. MP no tardó ni 45 segundos en consumar la empresa. Fue emocionante. Pido aplausos. Y más aplausos para los bomberos mexicanos, que aplacan fugas de gas, atrapan abejas enfurecidas, rescatan animales y, claro, apagan incendios de toda índole, los más peligrosos aquellos que se desatan en las Centrales de Gas. Sobra decir que ganan poco, su equipo es precario, son autodidactas y, quizá por lo mismo, se trata de personas generosas que responden hasta la duda más nimia a quien se acerque a ellos (G y T, por ejemplo, estaban obsesionados con cuántas puertas había abatido nuestro nuevo amigo bombero; resultaron ser muchísimas). Larga vida a los bomberos. Así el fuego, así las cosas.

8.7.08

Empezar de cero

1. Salgo de casa de MP en estado de dicha (bliss es la palabra indicada), luego de ver Waitress (2007), una película muy buena de Adrienne Shelly (por favor, ignorar el título que le pusieron en español: Recetas de amor). La historia es sencilla: Jenna es mesera en un diner especializado en pies (pays, pues). Trabajan con ella el encargado del local y dos meseras más, sus mejores amigas. Sus pies están creados a partir del recuerdo de su madre y, a la vez, de lo que sucede en su devenir cotidiano, los buenos y los malos ratos, una especie de diario comestible. Jenna está casada con un imbécil del que quiere huir. Pero, ¿huir adónde? Jenna ahorra dinero para hacerlo. Y, de pronto, se embaraza. Su visita al ginecólogo termina en un affaire. Y no les cuento el final, que es feliz, sólo les digo que a veces impera la tabula rasa: empezar de cero. Una y otra vez. Pienso en lo que le pregunte a MP el otro día: ¿qué harías si tuvieras la vida resuelta? En su respuesta, casi idéntica a la mía, haríamos lo que hacemos ahora (además, claro, de viajar lo más posible). Jenna, claro, haría más y mejores pies. O pays.

2. Salgo de casa de MP en estado de dicha, les digo, y descubro que le han roto un vidrio a mi coche: me han robado más discos, mis lentes de sol (unos Ray Ban's tan bonitos, ay), la llanta de refacción, mi suéter favorito, casi una reliquia. Hago de tripas corazón, como se dice, y busco regresar a mi estado de dicha. Recuerda: empezar de cero, me dice MP en un abrazo. Somos felices, añade en un mensaje mientras manejo de regreso a mi departamento. Y eso: empezar de cero. Una y otra vez. Recuerda: bliss, bliss, bliss.

3. Así los pays, así las cosas.

[La foto de aquí abajo es de MP: nos autorretrata.]

6.7.08

El sentido de la vida, 2

MP y yo compartimos un chocolate y una copa de oporto seco luego de una comida dominical sin parangón:


1. Ensalada de edamame con menta y lajas de queso pecorino, con un sencillo aderezo de cáscara y jugo de limón, aceite de oliva, sal y pimienta.


2. Ensalada de duraznos, tomates, cebolla morada y cilantro, con un igualmente sencillo aderezo de limón, aceite de oliva, sal y pimienta.


3. Spaghetti de radicchio al dente con mantequilla y queso grana padano.

Así los ingredientes, así las cosas.

4.7.08

El sentido de la vida (Do you really want to know?)

Mi amiga G. insiste en que vea un video, "Just" de Radiohead. Me tomo mi tiempo, hago otras cosas, pero dejo la página abierta. Finalmente, oprimo play y



veo el video. Recuerdo las entradas más recientes de los blogs de MP (Una pregunta naive) y de E (Domingo, Cosmos). Pienso en la revelación callada de A, quien nos dijo que había encontrado el sentido de la vida, pero que no era compartible en palabras.

Así las caídas, así las cosas.

1.7.08

PS. Sigue la lista

Más cosas, cosas que olvidé anoche:

7. Perro, gato y ardilla aceptaron mi reto. Helo aquí:


8. Leí una entrada muy buena sobre el "canto" de los grillos en Margen del Yodo, el blog de Aurelio Asiain, aquí a la derecha, en mis vínculos.

9. Me duele la cabeza, a pesar de que ya me tomé un par de bufferines.

10. Así la jaqueca, así las cosas.