Al desayuno siguió el paseo por el jardín, un terreno del tamaño de, digamos, tres huertas. Un jardín amplio, con distintos jardines interiores. Muchos árboles frutales venidos de distintas latitudes, muchas flores, muchas esquinas perfectas para la contemplación. MP me dijo que quería plantar un jardín como el de Derek Jarman, luego de ver el jardín de C. No puedo más que sumarme a su deseo. Terminó el paseo, comimos, platicamos, la noche de nuevo.
Al día siguiente, la despedida del jardín, muy temprano. Fotos a las flores, al cielo, a MP. Desayunamos. Y regresamos al DF. Así las cosas.
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