1.4.09

Wallander, Mankell, Escania

Hoy terminé de leer Asesinos sin rostro (Mördare utan ansikte, 1991), la primera entrega de la serie Wallander de Henning Mankell (Estocolmo, 1948). Allí donde El chino es una novela nutrida, con varias tramas y capas de información y prosa, esta novela muestra al escritor sueco en una faceta muy distinta, aunque idénticamente negra en intenciones: Kurt Wallander, su protagonista, habita la región de Escania, es invierno, a un paso de la nieve, y todo llama a una austeridad concentrada. La primera vez que vemos al policía, éste despierta de un insasible sueño erótico con una mujer negra. Nos enteramos que su vida es un desastre. Y, de pronto, debe resolver un crimen atroz: el asesinato híper violento de un par de ancianos granjeros. Mankell es un notable depurador del lenguaje y de la rebaba habitual de los best sellers. La trama de la novela sucede, a ratos, en tiempo real, aunque, de pronto, en un párrafo ínfimo pueden transcurrir semanas; y meses. Y más allá del caso en cuestión, lo que Mankell construye es el carácter y la geografía emocional de Kurt Wallander, personaje literario entrañable en donde los haya. "Hay un tiempo para vivir y otro para estar muerto", piensa Wallander al comienzo y al final de la novela, en una elipsis adictiva que, apenas alcanzado el punto final, nos hace abrir el siguiente libro de la serie...

2 comentarios:

Paul Medrano dijo...

“Hay un tiempo para vivir y otro para estar muerto”. Ya me picó la curiosidad. Mañana la encargo.

Douglas dijo...

Veo la sombra de Knut Hamsun por ahí? Caramba, cumpay, la lista de libros crece y crece. Salud.