17.12.07

La violeta


Hoy floreció la violeta.

Es decir: cuando despertamos, cuando ella se metió al baño y yo salí a la estancia, descubrí el brote, la flor. Es temprano, madrugamos. Le muestro la flor y ella me dice que tengo buena mano. La abrazo. No sé si en ese momento o antes me pregunta si hace sol. Abro la persiana. Hay luz, pero no es un día brillante, nubes planas en el cielo, los cerros, hacia el sur, apenas visibles entre una bruma casi del todo disipada. Prolongamos la despedida con gestos sutiles, quizá con el deseo de que, de algún modo, el tiempo se detenga o transcurra más lento. Siento su cara contra mi cuerpo, bajo mi mano, acaricio su espalda, morosamente, ella alza la vista, nos besamos, alguno de los dos le dice al otro que lo quiere. El momento cede, el tiempo discurre. Llevo la planta a su lugar, ella se va.

Solo de nuevo, escribo.

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