El proyecto, que se inauguró el primero de diciembre, costó alrededor de 1.5 millones de dólares. Key Entertainment, una compañía estadounidense, la montó con la ayuda de subcontratistas, dijeron las autoridades. Varias compañías mexicanas importantes –entre ellas la cadena más reconocida de accesorios deportivos, una cadena de televisión masiva y una de las jugueterías más grandes– donaron el dinero.
[The project, which opened Dec. 1, cost about $1.5 million. Key Entertainment, an American company, built it along with subcontractors, officials said. Several large Mexican businesses — among them the country’s largest sporting goods chain, a major television network and one of the biggest toy chains — donated the money.]
Si Ebrard consiguió ese donativo, probablemente conseguirá otros para fines menos lúdicos y más socialmente correctos. Y aquí un apunte: ¿cuánto cuesta ir a un partido de futbol? A veces los boletos alcanzan precios ridículos, dos mil pesos, incluso, en reventa, cuando se trata de una final. Nadie critica el futbol, sin embargo, ese circo que nos ata al sillón y nos inunda de mucha publicidad y pocos goles. ¿Por qué condenar, entonces, el esparcimiento que la ciudad nos ofrece ahora, gratuita y llevada al público gracias al dinero de unos capitalistas que resultaron ser buenos samaritanos (aquí se vale reírse)?
A patinar sobre hielo, digo yo. ¿O les da miedo resbalar, caerse y chocar contra algún mexicano que nunca ha ido a Nueva York?
21 comentarios:
Ay David, ¿ahora vas a ser el único necio que defienda la pista? Qué ganas, caray.
¿Crees que soy el único necio que defiende la pista? ¿Cuál es tu problema con la pista? ¿Si el gobernador de la ciudad fuera panista, apoyarías el proyecto? Francamente, creo que sí. ¿Cuántas veces a la semana viajas en metro?
No David, no creo que seas el único necio. Mi problema con la pista es el mismo que tienes con el fútbol. Si el gobernador de la ciudad fuera panista, creo que lo sabes, no apoyaría el proyecto --ni él ni yo, pues. A la semana no viajo en metro, sólo cuando ando contigo. ¿Eso qué prueba?
Quizá no pruebe nada, tal vez pruebe que los baños de pueblo te provocan cierta alergia. Me preguntaste, por otro medio, si iría a patinar, te respondí que no patino sobre hielo. Dime porqué te parece necio apoyar ese proyecto. ¿Cuál es el problema de ofrecerle algo distinto a la gente? Gratis. Construido con recursos generados por empresas privadas (claro, es debatible: quizá lo usaron para deducir impuestos). Creo que la crítica a la pista es de orden clasista. Y eso es patético.
Pero el de los argumentos clasistas eres tú mijito. "Niño nice", me dijiste por otro medio. "¿Cuántas veces a la semana viajas en metro?", preguntaste. ¿Crees que todo panista es clasista y todo perredista no?
No: por otro medio te estaba chingando, como habitualmente hacremos; por este, sin embargo, debato de manera más seria. Creo que casi todo panista adolece del peor de los liberalismos (el mexicano) y que todo perredista adolece de un priismo trasnochado. Defiendo, sin más, que se le ofrezca entretenimiento "sano" a la gente. Quizá ambos preferiríamos que se fomentara la lectura, que nos dieran el uno por ciento de lo que costó esa pista para publicar Cuaderno Salmón, pero no podemos hacernos de la vista gorda.
Pues muy bien. Creo que lo único que sacamos de aquí es que se puede sospechar para un lado como para otro. Y que quizá haya suficientes razones para hacerlo de uno y de otro. Pero empecinarse en ello, total, es de necios.
Pero... ¿dónde quedó la chingada pista?
Hasta el centro. La de Liverpool está más cerca.
Quejarse de la pista es como quejarse de que haya lanchas en Chapultepec o que los parques tengan columpios.
Así es, César. Y Guillermo: qué fácil es salirse por la tangente, ¿no? Es, creo, a lo que te da por llamar "prudencia". No tomar una postura, simplemente tildar de necio el punto de vista de alguien pero no ofrecer el tuyo y desviar el diálogo hacia el cómodo terreno de la apatía.
Pero si ya conoces mi postura: es una necedad quejarse de que la gente se queje. Lo que tú quieres es que mi postura sea otra. Y sí, esto sin duda pueda ser apatía, en el sentido de que no me apasiona. ¿Crees que uno deba tener postura sobre todo?
Qué ganas, caray.
Si, todo el clasismo ya llegó a puntos inimaginables. Ahora, votar por "x" es más nice que votar por "y". Apoyar la ley "x" es más nice que votar contra ella.
Que los jodidos o pobres, como quieran, se diviertan es menos nice que si no se divierten.
Me permito intervenir. Memo, ¿tendré que repetirte la fábula brechtiana sobre el fusilamiento de inocentes? Soy tan poco liberal que ya incluso dudo del derecho a la apatía, al menos en países donde la mitad de la población se las ve negras para alimentarse correctamente. En países como éste, el desinterés, la apatía y el pesimismo sistemático son, me temo, actitudes reaccionarias. Es lo que buscan estos gobiernos: aburrirte para que no te metas. En esa medida, una postura apolítica es una postura de derecha por default. Ya sé que no estoy discutiendo la pista (me parece correcto que un gobierno ofrezca a sus ciudadanos, entre otras cosas, entretenimiento), pero opino sobre lo que las actitudes hacia esta pista denotan de nuestras posiciones políticias. No hablo de que el que esté a favor es de izquierda y el que esté en contra es de derecha. No tiene que ver con eso. Lo que opino: si se entra en una discusión política se argumenta políticamente. De otro modo no se está discutiendo nada.
Creo que la línea argumentativa que se sigue de no creer en el derecho a la apatía --que en el sentido en que lo usé sería el derecho a no sentir pasión por todo-- sería reconocer como socialmente incorrecto, inmoral incluso, permitir que uno vaya al teatro mientras la gente sigue muriendo de hambre. Es inmoral, incluso, discutir estas cosas en lugar de ponerse a trabajar para alimentar a los demás. Sería inmoral, también, dedicarse a escribir, a editar o hacer cualquier cosa que no contribuyera directamente a que el país no se las viera negras.
Ahora, ¿en qué momento esta comenzó o dejó de ser una discusión política? Reconozco que no conozco las líneas claras en esto, ni para determinar cuál es un argumento político y cuál no.
Creo, sí, que un gobierno puede aburrirnos hasta la desidia. Pero igualmente puede mantenernos a raya entreteniéndonos.
Siendo filósofo, Memo, deberás reconocer que en tu respuesta hay un non sequitur: decir que de mis reservas acerca de la apatía (política) se deduce una crítica al ocio civilizado tiene poca lógica cuando todo comenzó con una defensa del derecho de la ciudadanía a contar con opciones de recreo. ¿Cómo podría editar una revista cultural si pensara eso? No, lo que quiero decir es que la posición apolítica implica esencialmente una cosa: que se está de acuerdo con el status quo. A ciertas irritaciones corresponden ciertas reacciones (políticas): por ejemplo, si se considera que es injusto que la mitad del país sea pobre resulta incongruente, en principio, votar por un partido que enarbola la política económica que posibilita esa situación. En suma: nadie es apolítico, nadie carece de ideología, por más que crea no saber cuál es la suya.
Ay mis niños, Davidcito, Memo, Nico, Cesarín, vengan a mí, no importa sus posturas, yo los acojo en mi regazo. Vengan. Anden.
¿Con cuál parte del status quo estaría de acuerdo con mi posición apolítica? ¿Con todo, incluyendo el gobierno de la ciudad de México, o sólo una parte? ¿Sólo en México estaría de acuerdo con el status quo o a un nivel más, er, global? De nuevo, los límites me rebasan; no sabría dónde ponerlos: esa es la dificultad que tengo, no alcanzo a ver dónde termina mi responsabilidad. Pero sé más o menos dónde comienza. Creo, en efecto, que es injusto que la mitad del país sea pobre, pero no veo cómo el partido del que hablas "enarbola esa posibilidad".
También creo que nadie es apolítico y que nadie carece de ideología. Pero cambiaría los términos, creo que hablar de política y de ideologías es muy restrictivo. Yo diría prejuicios.
Óscar: Los quiero a todos.
La pista de hielo entretiene, sin duda. Por otra parte, criticar su costo, argumentando que mejor convendría invertir en cosas más útiles, oscurece todo la espectacularidad que la obra tiene: su fuerza política. Ebrard no se limita a ofrecer a la ciudadanía que no viaja a NY entretenimiento barato, el gesto le sirve para situarse a la izquierda (y más lo fortalecen aún las críticas idiotas que Myklos señalaba). El problema sería que junto al gesto -la pista- no hubiera una política más integral para ofrecer entretenimiento a la ciudad. No sé si esta política exista, espero así sea, y que la pista no sea todo.
Saludos
Es muy claro, Guillermo: tú sólo sabes que no sabes nada.
(la qe no leyó bien los comentarios. la falaz...jajaja)
Ni mergas!!! Pinchi centralismo. Esos del DF tiene todo el esparcimiento del mundo pagado con los impuestos de todo México... y quién lo disfruta??? sólo los Defeqeños.
Quiero una pista de hielo en sonora!!!
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