5.1.09

Arena, Australia, Judi, mármol

1. Mi última lecura del 2008 fue la primera del 2009: La mujer de arena, de Kôbô Abe, novela a la que llegué gracias a un comentario de mi amigo Doug. El comienzo, un hombre que desaparece, me resultó por demás familiar: nada me obsesiona más, literariamente, que las desapariciones, esas vidas que se suspenden y se trasladan a otra parte. ¿A qué parte? He ahí el quid. ¿Qué decir de Abe? Sí, le da un aire a Kafka y otro a Beckett. Parangones aparte, no se parece a nada que hubiera leído antes. O sí. Me remitió, de entrada, a Being Dead, de Jim Crace, gran novela que leí en una mala época y en un año nuevo, también, allende 2003 o 2004, no lo recuerdo bien. En la novela de Crace hay una playa y hay dos muertos (desaparecidos: se tardarán en descubrirlos y, mientras tanto, la naturaleza hará de las suyas con los cuerpos abandonados en una playa). En la novela de Abe, un hombre que busca escarabajos desaparece en una playa. Y allí se queda, en un foso, con una mujer, transformado en un Sísifo. O en un escarabajo más. Padecí y disfruté la prosa de Abe. Ahora estoy, cambio radical, en el mar de la fertilidad de Mishima. Será un año japonés. Tengo una pendiente de Oé por allí. Y JM me recomendó leer Silencio, de Endo. Así será.


2. Este año comencé a colaborar con "Cine y 1/2", la sección de cine de la renovada revista Nexos. Hablo de Changeling, una de las dos películas más recientes de Clint Eastwood, pronta a estrenarse en México. La nota puede leerse aquí. Y hablando de cine, la última película que vi en 2008 es innombrable. La primera del 2009, Australia, de Baz Luhrmann. ¿Y saben qué? Me gustó. Mucho. Es un homenaje notable al mejor cine de Hollywood --desde el arreo de vacas hasta los ataques aéreos-- y un brillante ejercicio maximalista. A pesar del botox y de las cirugías, Nicole Kidman es entrañable. Me divertí mucho. ¿Qué más?


3. Adoptamos a una perra: Judi es su nombre. MP y yo la paseábamos por un callejón del centro de Tlalpan. Desde su coche, un hombre nos dijo: "Es luna llena. Llévenla al zoológico." Un instante después --se me perdonará: hace un par de domingos se me reventó el oído izquierdo, no escucho bien--, comprendí lo que el hombre en realidad había dicho: "Es una hiena. Llévenla al zoológico." Y, sí, Judi parece una hiena. Y una coyota. Y todos los perros imaginables. En uno. Aún no nos acostumbramos a ella. Se ha comido más de una docena de piñas y esferas, quiso destrozar nuestro heliotropo, se orina adentro de la casa, etcétera. Pero la queremos.

4. Subí fotos de mármol y más a Flickr.


5. Y bueno, El salto de salmón cambió más de envoltura que de contenido. Ni modo. Así soy yo. ¿Así las cosas? No. Basta. No más remates.

6 comentarios:

Douglas dijo...

David,

Sísifo, sí. Me han dicho que la película dirigida por Hiroshi Teshigahara también es muy buena.

También me ha gustado Changeling, pico a pico con Million Dollar Baby.

Me gusta el mármol porque se parece al cielo.

Se ve muy bien el salmón, esos colores frescos.

Un saludote,

D

Jaime Mesa dijo...

Saludos, mi querido David. Que este 2009 sea bueno. Celebro el cambio del Salmón, y sus palabras que siempre repaso.

Jaime

SAN dijo...

Feliz año Sr. Miklos, Maravilloso el cambio del blog, muy buena puntada lo del oído. Siempre es muy interesante el visitar su blog.

Saludos a este nuevo Salmón
nadsart

Oscar dijo...

Querido David.

Douglas dijo...

La ironía.

Manuel Llanes dijo...

Una perra que parece hiena, eso es digno de verse. Saludos.