19.8.07

Sobre la incontinencia

Le pregunto a mi amigo G. si no cree que sube demasiadas entradas a su blog, que si no le da miedo que sus lectores no las atiendan. Me dice que, en realidad, muchas de esas entradas las escribe solamente para él. Y comprendo. A mí también me dan ganas de subir muchas entradas, fotos del pequeño emperador, frases sueltas, textos más largos, como aquél con el que inicié este nuevo espacio y que, en realidad, me gustaría que permaneciera, libre de distracciones, aquí arriba. Pero no. Me gana, lo mismo que a G., la incontinencia. Será, acaso, una grafomanía (e iconomanía) celebrable, o condenable, tras la aparición del blog. O no. Tal vez no sea más que algo intrascendente. Da lo mismo. Sólo sé que ésta no es la entrada que quisiera subir, hoy, al final del domingo. No. Pero no diré lo que quiero subir a este espacio. Lo escribiré, incontinente, en un segundo o en varios días. Para el caso da lo mismo. ¿Ya me puedo ir? (Esto, claro, se lo dedico a G., que no sé qué hace, si pensar en el resplandor que mana de un cuarto de hotel o en la luz reflejada sobre la nieve de su pasado no tan lejano.)

2 comentarios:

oscar dijo...

Núñez es posteador precóz.

meryt dijo...

Creo que la incontinencia es el pretexto perfecto para dejarse ser.