5.3.08

Elocuencia


Dejemos a Hillary Clinton con su pretendido, comprado momentum. Olvidemos la insinuación de que podría lanzar una candidatura de la mano de Barack Omaba y no especulemos sobre quién sería candidato --ojo: candidato-- a presidente y quién a vicepresidente.

No.

De las elecciones primarias de ayer, lo que cuenta no es la ruptura de la maldición que había ensombrecido a Clinton --es fácil quitarse una sombra con un destello de histeria--, sino la victoria de John McCain y su ungimiento como candidato presidencial republicano a manos de, sí, su antítesis: George W. Bush. Las imágenes capturadas por Stephen Crowley para el New York Times son elocuentes. Más elocuentes aún las declaraciones de McCain ante el apoyo y el abrazo del indeseado W. Dejar de ser un desmarcado, sumarse, en un tris, al statu quo.

¿Por qué no mantenerse al margen, ser un real renegado? ¿Por qué perder, de pronto, el estilo?

He visto al futuro entrar a la Casa Blanca.

Así las cosas.

4 comentarios:

Douglas dijo...

La foto de arriba es tenebrosa.

Hoy tendré pesadillas, otra vez.

Vaya un abrazo.

César Albarrán Torres dijo...

Me temo que nada detendrá a McCain. Habrá una guerrita por aquí, un escándalo por allá. La necedad de Clinton debilitará al Partido Demócrata, gane o no la nominación. Obama será, al fin, un político que no pierda el decoro.

Ahora los norteamericanos también tendrán a su Papa anciano.

Vikram Dharma dijo...

Sí, seguramente en la foto de arriba le está diciendo algo obsceno, algo que tiene que ver con el orto. No podré dormir como Doug(i) Houser.

Emilio dijo...

McCain está obligado a elogiar a Bush. Sus declaraciones me parecen institucionales y más bien obvias en el marco de una campaña política: se trata de hacer un guiño al ala más conservadora del partido y también de responder al respaldo ofrecido por Bush. Aunque lamentables, las palabras no me preocupan demasiado. Más inquietantes me parecen los rasgos populistas que Clinton y Obama han mostrado en su discurso: renegociar el TLC por ejemplo. Son argumentos de barricada que utilizan cierta xenofobia que puede tener derivas muy preocupantes. McCain ha incurrido menos en esa licencia de decir cualquier cosa en campaña con tal de ganar votos. (Es cierto que la campaña republicana fue menos dura que la demócrata, pero recordemos sus inicios. McCain estaba lejos de ser el favorito y sostuvo posiciones muy impopulares, en favor de los inmigrantes por ejemplo.)
Saludos