16.3.10

La vida con Anna, 3

Hoy, Anna cumplió 22 días. En la visita a su pediatra, la magnífica I., tuvimos la mejor nueva de la semana: ¡410 gramos más de peso! Así las cosas, Anna come y crece bien; y no podemos pedir más. Mientras Anna crece y come, yo leo, consigo leer un libro: Dejen todo en mis manos, del uruguayo Mario Levrero (gracias, muchas gracias, R.; aún preservo la bella envoltura que protegía los talismanes que me mandaste desde el otro hemisferio); literatura en estado puro, además de una narración muy divertida, una suerte de Kafka sin la densidad praguense, pero con el rigor de Montevideo. Ya quisiera uno escribir así. ¿Por qué no se lee más Levrero? ¿Por qué abunda tanta literatura hispanoamericana insulsa, de ocasión, con ínfulas bestsellerianas y no esta literatura hispanoamericana tan sustanciosa, desde Antonio Di Benedetto hasta Mario Levrero, pasando por Justo Navarro y Juan José Saer? ¿Por qué tanta basura entre nosotros, tan visible y ligera, de mero paso por las mesas de novedades y luego a la trituradora, aunque todos ellos salgan en la foto, una y otra vez, poblando un presente perenne sin real derrotero? Leo, decía, a Levrero. Y una noche, ponemos los 13 mini documentales que acompañan a las ediciones remasterizadas de los 13 álbumes oficiales de The Beatles, aparecidos en 2009. MP ya escribió al respecto en su blog, con Anna, claro está, como epicentro. Ahora esperamos la llegada de los 600 minutos de la Anthology. Ya les contaremos. Por ahora, a celebrar: ¡410 gramos en una semana! No se puede pedir más, insisto. [Más Anna y The Beatles aquí.]

2 comentarios:

Douglas dijo...

Mi querido D, hace unos meses cayó en mis manos un relato de Levrero llamado Caza de conejos. Desde entonces también me encuentro fascinado con el uruguayo. Tienes razón, literatura en estado puro, ahí veo yo a Bellatin, sin el fetiche oriental de éste.

Necesito hacer una caza de libros de Levrero, por ahora La novela luminosa pronto estrá en mis garras. Más de esta literatura, por Dios.

Un abrazo.

Guillermo Núñez dijo...

Leo La novela luminosa, por así decir.