15.9.09

Pataletas

A falta de habilidad crítica (para no decir talento), denuncia. Leo en Laberinto, suplemento cultural del diario Milenio que ha hecho de la polémica su tipo de cambio, la nota más reciente de la autonombrada crítica de arte Avelina Lésper: "Farsa en Venecia". Lejos de hablar de la obra que la anima --¿De que otra cosa podríamos hablar? de Teresa Margolles, presencia de México en el pabellón que le fue asignado durante la más reciente Bienal de Venecia--, el texto de Lésper se asemeja más a una chillante orden judicial que a un lúcido apunte crítico: en su indignación conservadora y moralizante, la opinionista deduce que la pieza de Margolles es una farsa. O bien, que de ser una pieza genuina, hecha con los materiales con los que se dice fue realizada --mantas manchadas de sangre fruto de la guerra del/contra el narco--, es un atentado contra la ley. En el primer caso, farsa o no, la pieza de Margolles está dotada de un alto sentido conceptual y de protesta ante el estado de las cosas y contra las instituciones que, a final de cuentas, hicieron posible su existencia; en el segundo, si los materiales son verdaderos y llegaron a su destino gracias a una arriesgado operativo de carácter ilegal, la pieza es doblemente lograda, ya que es fruto de la subversión y no de una postura alineada y acomodaticia ante el devenir del arte actual. Entiendo que la obra de Margolles no pueda criticarse más allá de su manufactura y que el proceso sea parte de la pieza terminada; así las cosas, Lésper parece proceder bien, ya que atiende, en su especulación sin fundamento, ¿De qué otra cosa podríamos hablar? desde su concepción y traslado de México a Italia. Sin embargo, la pretensa crítica no ofrece fuente alguna que constate sus afirmaciones especulativas, que no son, en efecto, nada más que eso: relleno metacrítico. Finalmente y para seguir con su habitual pataleo, Lésper se ensaña con Margolles en el terreno semántico: aduce que la sangre no es un fluido sino un tejido, cuando en realidad se trata de un tejido fluido. En suma, nada y lo de siempre: mucha denuncia, poca crítica. [La nota de Lésper puede leerse aquí.]

12 comentarios:

Vikram Dharma dijo...

Ay, qué sabionda esa Lesper. Sus referencias a los artículos 313 y 320, qué fastidiosa, qué aburrida su crítica-demanda judicial. Luego dice que la obra de Margolles es amarillista cuando su texto es titulado "FARSA EN VENECIA", jajaja.

Montserrat Algarabel dijo...

Gracias por postear la "crítica" de Lésper. Es increíble que únicamente se refiera a la obra de Margolles en términos legaloides para afirmar que es un "engaño". Señalar su "ilegalidad" me parece un subterfugio para evitar referirse a otras dimensiones de la obra como, por ejemplo, el background de la artista (que, muy por encimita, me tomó unos cuántos minutos investigar y que, hasta cierto punto, explica de dónde viene ¿De qué otra cosa podríamos hablar?). Yo esperaría que una crítica de arte hablara sobre la propuesta estética de una obra y no se limitara a especular sobre si es sangre o no o de quien o cómo fue obtenida... Además, reducir la dimensión ética de la obra a una cuestión de estar o no de acuerdo con su tema o técnica resulta, como bien dices, moraleja ñoña y normalizante en lugar de crítica...
Saludos indignados, n.

dm dijo...

Gracias, Vikram, gracias nimbemon. El real problema de México no es el narcotráfico, como quiere Lésper, sino la ignorancia y la miseria que esta ha producido desde... ¿la Conquista?

SH dijo...

Coincido contigo, David. La nota de Lésper es una pataleta. Muchos adjetivos y pocos fundamentos. Hay, además, apuntes "arriesgados", de esos que hacen mucho daño a la crítica" de arte: "Ahora supongamos que esto es un acto de corrupción y Margolles soborna a la policía o al ejército, o tiene protección del narco, y sustrae lo que quiere poniendo en peligro la investigación." (Avelina Lésper)

En fin. Como tú dirías, así las cosas.

Saúl Hernández

David Miklos dijo...

Pataletas II: la respuesta de Lésper a mi comentario:

"Miklos:
Te agradezco que me leas, y que además te tomes el trabajo de escribir sobre mis textos y mis opiniones, aunque no las comprendas del todo.
La denuncia es crítica, en este país no, porque aquí utilizan la crítica como un ejercicio de elogios incondicionales.
¿Denuncia la obra de Margolles? Una obra pagada por el Estado, una obra oficial que con el apoyo de las mismas autoridades que son incapaces de vencer al narcotráfico la llevan a una bienal para distraer de la realidad del país. Evidentemente funcionó, ya ves, a ti y miles les encanta.
Para las personas adictas a la cultura oficial, aficionadas a tragarse sin cuestionamientos todo lo que esto representa, la subversión significa una obra exhibicionista que se regodea en el dolor y la miseria que vivimos. Creen que la necrofilia es arte.
“La obra farsa o no, está dotada de un alto sentido conceptual” O sea, la corrupción, las falsedades y las tomaduras de pelo, valen si tienen un “alto sentido conceptual”, a quien debería de indignar esta obra son a los conceptuales, acostumbrados a que la mierda es mierda, no mierda de “mentiritas”.
Ya sé que para los relativistas todo es una especulación, desde la ley hasta la realidad, y que no es importante que alguien se jacte de trabajar con cadáveres y resulte que eso pueda ser una patraña. Por eso, en este caso los argumentos legales son suficientes porque no hay valor estético a discutir. Lo reitero, esto no es arte, y se exhibe como un acto de corrupción o una farsa.
Si para la mayoría -crítica, intelectuales, el gobierno de derecha, CONACULTA y todos los museos y galerías del sistema- que llaman a esto arte, repudian a quién decide disentir, estar en el otro lado de la masa que aplaude incondicionalmente, le llaman ser conservador, pues ya veo en dónde está su posición de seguidores ciegos incapaces de lanzar cuestionamientos: son ultra conservadores.
Gracias por entrar en el blog y puedes leer el resto de mis textos, aunque creo que ya los conoces todos. Saludos."

Confieso que me sorprende: casi redacta como secretaria del Ministerio Público.

Vikram Dharma dijo...

¡Un momento! ¿Me llamó adicto a la cultura oficial? ¿Ultraconservador?
Me han herido. Esto está al revés.

Montserrat Algarabel dijo...

Sobre lo que dice Lésper de lo que dijo Miklos: Supongo que si Lésper comienza diciendo que Miklos "no comprende del todo" lo que ella dice es porque se va a explicar, ¿no? Pues a mi todavía no me quedan claras varias cosas, la más importante: por qué la obra de Margolles, según Lésper, no es arte y carece de valor estético. ¿Porque recibió apoyo oficial y es exhibicionista (¿?) y necrófila (doble ¿?)? Además no entiendo el vínculo que Lésper hace entre no estar de acuerdo con ella -cuestionarla pues- y ser conservador: en cierto sentido es una gran contradicción en su propio argumento. Me parece que Lésper se adscribe a una visión del arte en que éste exalta y ennoblece al espíritu humano; el arte como fuerza moralizante de la sociedad. Si esa no es una perspectiva "conservadora", entonces yo no se qué pueda serlo...
Ay... no me pude resistir...
Saludos, n.

costa sin mar dijo...

jiji y què pasa si descubren que no es un tejido fluido sino un fluido tejido? (jajjaja sì pinche comentario tonto)

Emmiux dijo...

Ella dijo: Farsa en Venecia

El comento: El salto del salmon

Ella berrincheo: Farsa en Venecia

Emma opina:
La srita. Avelina se puso furiosa desde los jardines exquisitos de coyoacan ja ja.
Vuestra austera habilidad critica; supongo consecuencia de la visión burguesa que va implícita en altos niveles, cuando alguien se denomina critico de arte; no suponen más valor critico que una charla escuchada por accidente en cualquier estación de metro entre comerciantes. Mirar un poco más de Teresa Margolles seria un ejercicio bien dirigido para todos. ¿Pero leer el resto de tus textos? ¡Pfff! Quien se va dar la tarea de leer textos tan sosos, con el expuesto para esta discusión es suficiente para bostezar ante el berrinche y no la critica prudente...sin personalismos.

Lina Yismeray dijo...

Yo tuve la oportunidad de ver la obra (de Margolles) en Venecia este verano, y ahora leo ambas partes la de Lésper y la tuya David y estoy bastante confundida, será que soy solo una simple mortal....

David Miklos dijo...

Lina: yo tampoco estuve en Venecia y Avelina, quiero creerlo pero no lo afirmo contundentemente, tampoco. Mi comentario versa no sobre la obra de Margolles, sino sobre la manera en la que Lésper, la crítica de arte, la atiende: mediante la perorata apasionada y sin argumentos estéticos o críticos de valía. Mucha superficie y poco fondo, pues. La crítica mexicana sufre, como todo, una gran crisis, y la denuncia retórica vence a la lucidez ensayística. Y de eso se trata, justamente: de confundir a través de la ignorancia y del falso conocimiento. Cada quien sus maneras.

Emmiux: gracias por tu comentario.

Costa sin mar: el buen humor siempre es bienvenido, sobre todo en este blog.

Montserrat y Vikram: Lésper la conservadora nos llama ultraconservadores y oficialistas, sí, porque no tiene herramientas para criticarnos ni a nosotros, cuya vida y obra desconoce, ni al arte contemporáneo. Es la verdad. Y contra la verdad es difícil hacer algo. Uno critica sus textos y ella lo critica a uno y se las da de sabelotoda, de oráculo, de no sé qué que tanto daño hace, pero tanto le gusta a su séquito de iletrados.

SH: así las cosas.

Lina Yismeray dijo...

David: gracias por la aclaración, ya no estoy confundida. Entiendo y comparto tu postura; lo cierto es que el pabellón de Margolles fue una obra interesante.