Prueba 1: Morandi por Morandi, en su Autorretrato de 1925:

En el cuadro vemos al pintor sentado sobre un banco, la paleta en el regazo. El espectador no es otra cosa sino el lienzo que el artista pinta: el punto de vista elegido. Así, Morandi reflexiona/ilustra el proceso creativo desde la propia obra en curso, no desde la obra terminada, concluida. La mirada inacabada del espectador, el lienzo inconcluso, desde el autorretrado acabado.
Prueba 2: El autorretrato de Jusidman --no registré el año de creación, pero creo que es de circa 1998, como la serie que nos ocupa, aunque puede ser mucho anterior, ya que la obsesión-identificación de Jusidman con Morandi es añeja--, con la reproducción del Autorretrato (1925) de Morandi en el regazo:
A diferencia del Morandi autorretratado, el Jusidman que se pinta no lleva una paleta y un pincel en la mano derecha, sino un lápiz, junto a una reproducción del Autorretrato de Morandi de 1925. Es decir: la paleta es el propio cuadro emulado. Y nosotros, espectadores, somos el lienzo que observa a ambos pintores: un espejo dentro de un espejo dentro de otro espejo. Nuestra mirada, pues, es trasladada al lienzo original y ausente de 1925.Prueba 3: Uno de los cuadros de la serie En tratamiento (1998), de Yishai Jusidman, más su ficha de identificación:


En el cuadro vemos al paciente H. G., sentado sobre una silla, y en cuyo regazo se abre un libro que reproduce Vir Heroicus Sublimis (1950-1951) del pintor estadounidense Barnet Newman (1905-1970). Aquí un detalle del cuadro, un acercamiento a la obra reproducida-trasladada al cuadro de Jusidman, que hace la vez de paleta de Morandi:
[Dedico esta entrada a Javier Sicilia y su Tríptico del desierto (México: Era, 2009), obra galardonada con el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes 1998, ineptamente tachado de plagiario por una panda de bienpensantes sin rostro, groseros opinionistas lumpen y pequeñoburgueses de vista atrofiada. Más sobre este caso --una polémica inútil, pero ilustrativa del estado de las cosas en México--, aquí.]
4 comentarios:
Morandi siempre interesado en la modernidad y el pasado. Me encanta. Luego está lo que pensaba, que todo era irreal, lo que tenemos enfrente, entonces -en su tiempo- la imaginación de nosotros. Ahora: nosotros, imaginados por Morandi en la memoria.
¿Recuerdas el nombre de la serie en la que aparecen estos pacientes con reproducciones en las manos?
también fui a la exposición en el MAM, y sobra decir que me impactó. pero tengo poca información sobre los nombres de las colecciones, y quisiera encontrarlas de nuevo por ahí.
Se llama En tratamiento.
claro, lo habías escrito en la entrada pero no lo había notado. gracias
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