6.10.07

Everybody knows this is nowhere


Si uno va en dirección hacia Torreón, desde Saltillo, del lado derecho de la carretera, antes de llegar a la desviación a Parras de la Fuente, se encontrará con El Porvenir. Pueblo de evidente paso, le ofrece un par de opciones al viajero: el Café la Amazona y el Restaurante Génesis, pequeños, ínfimos locales de adobe enyesado y pintado con trazo rugoso, rústico. Es el desierto y las mitologías son las mismas de cualquier lugar en el que todo es horizonte. El viajero, sin embargo, no se detendrá en El Porvenir, sobre todo porque no es él quien conduce el auto que lo lleva a Parras, en donde el desierto cede y todo es verdor, un real oásis en medio de un valle que se antoja perdido allá por 1908, poco antes de que Madero le llevara la democracia a la revolución. Hay vides (parras) y hay nogales; hay moreras y hay higueras; hay granados y hay truenos; hay, incluso, un terco árbol de mango por allí, por la enrevesada calle de Orilla del Agua. El lugar es, sí, refrescante. Dan ganas de quedarse allí, supino sobre una tumbona, en contemplación de los abigarrados racimos de piracanto y las luminosas, radiantes buganvillas; allá, adonde no pasa nada. Si todo México fuera como Parras, no habría lugar para El Porvenir.

4 comentarios:

Manuel dijo...

Y para cuándo tendremos el siguiente Salmón? Fuí a buscarlo hoy a la Gandhi y al FCE de Quevedo, pero nomás nada.

Guillermo Núñez dijo...

Hay como dos actualizaciones tuyas que dicen que habrá una segunda parte y nada.

harmodio dijo...

No sean gachos, díganme dónde va a ser la presentación del nuevo Cuaderno Salmón... ando en el D.F y me gustaría asistir.

Un saludo

harmodio dijo...

Está medio raro esto de comunicar por palimpsesto, ¿no? Mi correo es

jorge.harmodio@gmail.com

Escríbeme y nos ponemos de acuerdo (en una de esas nos echamos una chela, ¿no?)

un saludo