2. Leo una serie de preguntas y respuestas aparecida en el New York Times de ayer: "Well--Worry? Relax? Buy Face Masks? Answers on Flu". Aquí una selección de los pasajes más elocuentes de la pieza:
La influenza normal mata a 150 personas diarias durante la temporada en la que está activa. ¿Por qué todo mundo le teme tanto a esta nueva variedad?La respuesta se resume en los siguientes dos puntos: primero, se trata de un virus nuevo e inusual --de origen aviar, porcino y humano--, que ha contagiado rápidamente a varias personas, como sucedió en una escuela en Queens [Nueva York]; segundo, el brote remite, emocional e históricamente, a la aniquiladora influenza española de 1918. ¡1918! Creo que 91 años y demasiada civilización tendrían que hablar en beneficio de la especie humana, pero el miedo y la paranoia vencen, siempre, al sentido común. En fin. Sigamos.
A(H1N1) ha afectado a la población más joven, cuando, habitualmente, la influenza se las cobra con los ancianos y los niños. ¿Por qué? La entrevista dice que si hay más jóvenes afectados es por la coincidencia del brote con la temporada vacacional de primavera, durante la cual --remember last Spring break, Derek? Yes I do, Susie: you totally flashed those boobs of yours!-- son los jóvenes el mayor número de viajeros. Prosigamos. Citemos de nuevo:
¿Hay razones para estar menos preocupados por la influenza porcina [el NYT es políticamente incorrecto aún y se la sigue cargando a los cerdos] ahora que hace una semana?La respuesta termina diciendo que la vacuna para la cepa previa de influenza puede haber contribuido a la poca eficiencia del virus a la mode que nos aqueja.
Sí. En días recientes, analisis de secuencias genéticas sugieren que esta influenza no es tan virulenta como se pensaba [repito: NO ES TAN VIRULENTA COMO SE PENSABA]. Le hacen falta ciertas proteínas y aminoácidos que la harían tan mortal como otras influenzas [alarmistas, paranoicos, adictos al cubrebocas: tomen nota de este punto]. Y se parece a otras cadenas comunes hacia las que la gente puede tener cierta inmunidad.
Finalmente, la gran controversia, el ser-o-no-ser de los días que corren:
¿Debo de hacerme de un cubrebocas, por si acaso?La respuesta concluye diciendo que, de estallar una pandemia, la única manera de protegerse es evitando las aglomeraciones públicas. Ni más. Ni menos. ¡No cierren ni restaurantes ni Blockbusters ni librerías, por piedad! [Algunos dirán: ¡Pero si Sanborns no cerró! Ay, Carlos Slim, hasta en este caso te beneficiaste, cabrón, diremos otros.] ¿Y los súper mercados, no llaman a la conglomeración masiva de almas influenciadas? Ay, Wal Mart... Jijos.
Los servidores públicos de la salud a los que he entrevistado no han almacenado provisiones personales de cubrebocas para sus familias. 'No he llevado ninguno a casa', dice el Dr. Fishman.
Los cubrebocas no son particularmente eficaces/efectivos contra el esparcimiento de la influenza. El efecto principal que pueden tener es el 'distanciamiento social': las máscaras asustan a la gente y hacen que nos alejemos unos de otros. [Cubrebocafílicos, tomen nota: dejen el magitel en casa.]
Finalmente, una pregunta más: ¿Sobrereaccionamos ante la influenza? La respuesta, resumida: Más vale prevenir que lamentar... Seriously? Lo único que se sabe de cierto, ahora, es que el virus --que en el primer mundo se ha manifestado de forma ligera, leve, poco insolente con las vías respiratorias-- parece emigrar al hemisferio sur y al otoño de allá abajo... [¡Uruguayos, a comprar cubrebocas! ¿Y cómo tomaremos mate, negro?]
3. ¿Qué pasara la semana entrante? ¿No más influenza en los medios? ¿Y todos esos mexicanos que China nos devolvió? Aún hay más...
3 comentarios:
"estallar una pandemia"
Vaya, a estas alturas de la globalización informativa, lo que predomina es, extrañamente, la desinformación. Ya lo dijo el propio director general del Centro Nacional de Vigilancia Epidemiológica y Control de Enfermedades de Salud federal: “los cubrebocas son para tranquilizar a la gente”. Ver: http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Nadie/lleva/mascarillas/secretaria/mexicana/Salud/elpepisoc/20090430elpepisoc_9/Tes
Yo también quiero hacer negocio. Por ejemplo hacer camisetas de Blas Pascal con cubrebocas y una leyenda:
La apuesta Pascal.
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