5.2.09
La Tempestad 64, Montevideo, yo
Salgo a la esquina y acabo en Perisur --pocas revistas merecen este tipo de travesías intempestivas--, pero regreso a casa victorioso y con un ejemplar de La Tempestad 64 en las manos. ¿Qué les puedo decir? La portada, sobria como siempre, muestra a un personaje: en esta ocasión, Luis Barragán (su silueta) contra un plano de, quiero creer, el Pedregal. Leo que el número va sobre las estrategias del yo. Pasado el índice y la lista de colaboradores, el número abre con una entrevista que MP le hizo a Marina Abramovic --el yo encarnado--, idónea como aperitivo del dossier, ubicado mucho más adelante. Descubro cambios en el apartado de "Actualidad del arte": aparecen, en cada subsección temática, notas de opinión firmadas dentro de las noticias varias --entre ellas una notable, de Daniel Garza Usabiaga, sobre el MUAC: una apreciación justa y no visceral del proyecto--, acompañadas de caricaturas que llaman a la carcajada. Pasamos a "Formas útiles", en donde todo sigue en su lugar --y en donde, también, Nicolás Cabral repasa, justamente, al MUAC desde una perspectiva arquitectónica--, y desembocamos en el mentado dossier, las estrategias del yo. Mi amigo Guillermo Núñez Jáuregui habla, en su obsesión con la memoria y los diarios, del narrador Fernando Vallejo. Fernanda Canales se ocupa de Luis Barragán. Yameli Mera repasa a Sophie Calle. Y David Oubiña, Diego Fischerman y Shaday Larios Ruiz ensayan sobre Chantal Akerman, György Ligeti y Akram Khanz, respectivamente. (Pero miento. Antes del dossier, como en un sandwich, un texto mío en "Ciudades", dedicado a la ciudad a la que más cariño le tengo: Montevideo.) Al final, el "Cuaderno para invenciones", con tintes uruguayos y rioplatenses: un par de poemas de Rafael Courtoisie, un ensayo duchampiano de Graciela Speranza y un inquietante relato de Rafael Juárez Sarasqueta, quien desde Montevideo manda botellas al mar que encuentran buen puerto (no sólo ha publicado en La Tempestad, sino en los números más recientes de Istor --en prensa-- y Replicante). Salgan a la esquina, digo yo. Vayan por su Tempestad.
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5 comentarios:
Tempestades de acero
Estuvo buena la fiesta en el Palacio de las Vizcaínas, no?
Yo fui al otro festejo, aquí en Tlalpan.
The TEMPEST.
hey si, por ahí llegué hasta acá.
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