31.8.08

Rothko en Londres


El 26 de septiembre de este año abrirá en la Tate Modern de Londres una retrospectiva de la obra de los últimos años de Mark Rothko. Como preámbulo, el Guardian publica un texto maravilloso de Jonathan Jones, crónica de viaje a la Capilla Rothko en Houston y celebración de la actitud estética del último pintor de la belleza. Aquí un fragmento en mi más libre traducción:
El 25 de febrero de 1970 la galería Tate recibió un regalo sorprendente: ocho pinturas de tamaño mural creadas por Rothko para el restaurante Four Seasons de Nueva York, sito en el edificio Seagrams, aunque, de acuerdo con él, totalmente inapropiadas para el escenario superficial, ruidoso y distractor de un restaurante caro. Motivado por razones personales complicadas --entre las que se contaban su búsqueda de un recorte en el pago de impuestos, su deseo de insultar al Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) y su admiración por los cuadros de Turner de la Tate--, Rothko otorgó al Reino Unido sus pinturas más accesibles, emotivas y perdurables. Mucho antes de ver un Pollock, me sentaba en el Cuarto de Rothko de la Tate, no deprimido como muchos dicen que el arte de este hombre es, sino sobrecogido y pleno de júbilo. El mismo día que la Tate acuso de recibidas las pinturas, también fue enterada de una noticia horrible: Rothko se había quitado la vida en su estudio de Manhattan, rebanándose las arterias de ambos brazos y desangrándose hasta la muerte.

[On February 25 1970, the Tate took delivery of an astonishing gift: eight mural-sized paintings created by Rothko for the Four Seasons restaurant in New York's Seagram Building, but judged by him to be totally inappropriate for the superficial, noisy, distracting setting of an expensive restaurant. Motivated by complicated reasons of his own - which included his pursuit of a tax break, his desire to insult New York's Museum of Modern Art (MoMA), and his admiration for the Tate's Turners - Rothko gave his most accessible, moving and enduring paintings to Britain. Long before I ever saw a Jackson Pollock, I would sit in the Rothko Room at the Tate, not depressed as some people say they are by this man's art, but awed and exhilarated. The day the Tate took delivery of the paintings, they also received some horrible news: Rothko had killed himself in his Manhattan studio, slicing open arteries in both arms and bleeding to death.]
Así Rothko, así las cosas.

28.8.08

Batallas


Dice Charlie "Bird" Parker, el protagonista de las novelas negras de John Connolly:
Siempre he pensado que en este mundo hay dos clases de personas: los que, impotentes ante el peso del mal que el mundo contiene, se niegan a actuar porque no le ven el sentido, y los que eligen sus batallas y las libran hasta el final, porque comprenden que no hacer nada es infinitamente peor que hacer algo y fracasar.
Lo anterior proviene de The Unquiet (Los atormentados, en español: México/Barcelona, Tusquets, 2008), novela más que recomendable.

Así las batallas, así las cosas.

19.8.08

Variedad

1. Presentaré La hermana falsa en Guadalajara, Jalisco. La cita es este jueves 21 de agosto, a las 8.30 horas, en Casa Vallarta. En la invitación falta mencionar la presencia de Ángel Ortuño en la mesa.


Allí los espero.

2. Recibo un par de fotografías, cortesía de Almadía, editorial independiente sita en Oaxaca. No vienen con el crédito del fotógrafo, pero esta en la que aparecemos MP y yo como venidos de otra época me gusta mucho:

Gracias, pues, a Almadía y a su fotógrafo. Esperamos viajar a Oaxaca pronto, una vez más.

3. Las olimpíadas me resultan indiferentes, pero si las pesco en una televisión pública, las contemplo. Me cae bien Yelena Isinbayeva: saltar con garrocha, ir subiendo, paciente, el "listón". Prefiero esa medalla de oro única que las ocho medallas del Tiburón Phelps. Hay cierta poética en la "caída" a la fama de la Isinbayeva:

Y prefiero esa sonrisa a las lágrimas a las que luego nos acostumbran las rusas cuando ganan alguna copa o campeonato (sí, te hablo a ti, Maria Sharapova, que poco haces ahora en las canchas).

5. Así las garrochas, así las cosas.

16.8.08

9 de agosto de 2007 o Asia in 2.0

El nueve de agosto de 2007, hace un año casi exacto y con 37 recién cumplidos el día anterior, no conocí a Aurelio Asiain –aún no lo conozco, salvo de manera virtual: somos amigos en Facebook–, pero si lo vi en la inauguración de su exposición de fotografías japonesas (la que ilustra el arranque de estas líneas es una de ellas: "Namboku Subway Line, Hongkomagome Station, Ceiling") en la Casa de la Cultura "Jesús Reyes Heroles", sita en la calle de Francisco Sosa, Coyoacán. Fue Luigi Amara quien me sugirió que asistiera, dado que yo buscaba un reseñista para Zugzwang, un libro póstumo de Luis Ignacio Helguera, y ambos pensamos en que Asiain era uno de los candidatos naturales para hacerlo.

Llegué temprano a la inauguración, mucho antes de que la sala se abriera al público, y, de pronto, me sentí indispuesto. Aun así, espere a que se nos permitiera ver las fotos, las vi y me fui sin pedirle la reseña a Aurelio, quien en realidad estaba demasiado ocupado.

Meses después, supe que esa noche, la noche de aquel día de indisposición, tampoco (re)conocí a MP, quien hoy, ahora, escribe junto a mí su versión de estos mismos hechos. Ella estuvo allí, en la Casa de la Cultura "Jesús Reyes Heroles", pero llegó horas después de que yo me fuera, cuando la inauguración llegaba a su término.

Esto lo sé, claro, porque MP misma me lo contó cuando recapitulábamos, una vez más, los hechos de nuestro conocernos. Y es que MP y yo nos conocimos hace más de una década, hace 12 o 13 años, allende 1995 o 1996, cuando ella trabajaba para una editorial y yo me iniciaba en el mundo de las presentaciones literarias. Pero nada, hace una década ni ella reparó en mí ni yo en ella y nuestro vínculo fue breve y meramente profesional.

(Permiso para un paréntesis. Si hago memoria, pienso que, como el título del libro de Luis Ignacio, en aquella época me encontraba en una especie de zugzwang existencial:

Cualquier movimiento que hiciera sobre el tablero de mi vida, entonces, sólo empeoraría mi situación, precaria a partir de la velada en la que presentara los libros que MP me hizo llegar. Pero esa es otra historia y aquí no nos ocupa, así que salgámonos de este paréntesis.)

Volví a ver a MP en la lista de amigos de mi amigo FG en, sí, Facebook (y, lo confieso, pensé que estaría casada con alguno de mis compañeros de secundaria, porque aparecía, también, en la lista de EO. Una foto en blanco y negro, en la que ella, muy guapa, mira a la cámara y más allá de la pantalla:

MP y su cara hermosa, la cara que, aquí a mi lado, mira su cuaderno y escribe palabras similares a estas mientras bebemos un mojito sin alcohol, un calimocho y un tinto de verano, sedientos en Pie de la Cuesta luego de un día de mucho sol y mucha comida y mucho estar muy felizmente juntos en la playa, ante el mar y las mantarrayas que, elegantes, se deslizan dentro de las olas y de pronto brincan, rompen la superficie del mar y regresan a las olas. [De esto hace una semana: ahora ambos transcribimos aquellas palabras, lejos del mar, de la playa y de las mantarrayas, pero igualmente y más felices, luego de comer en el Taro; de fondo, se escucha el Miles Smiles, del Miles Davis Quintet.]

Hay perros y hay niños en la playa, caballos y palomas, zanates, cangrejos ermitaños y gente cuya vida tratamos de adivinar: de dónde vienen, qué los vincula, a qué responde su comportamiento y demás, si se encuentran en zugzwang, en pleno enroque, a punto de coronarse o de decir jaque mate. Pensamos en qué pensarán ellos de nosotros, los que los miramos.

¿Imaginarán que llevamos ocho meses juntos, que el 2 de agosto celebramos nuestro primer beso y el 19 de julio nuestro (re)encuentro, que ella tiene dos hijos y ambos somos divorciados? ¿Pensarán que hemos decidido seguir cruzando umbrales juntos, hoy y mañana, ahora y pronto y más adelante, luego de que una serie de eventos deseados y afortunados se manifestaran? ¿Sabrán que no nos conocimos el 9 de agosto de 2007 en la exposición de Aurelio Asiain, desplazado de Japón a Coyoacán para mostrarnos sus imágenes?

Lo ignoramos. No nos importa, en realidad, lo que ellos, los vecinos de playa que nos miran escribir estas líneas, piensan de nosotros.

Nosotros nos miramos, sonreímos y nos besamos una vez. Otra vez más. Planeamos viajes juntos. Viajes cercanos, viajes lejanos. Queremos, sí, ir a Japón. Quizás allá, finalmente, ambos conozcamos a quien, lo hemos decidido, ya se suma a nuestra lista de padrinos. Beberemos sake y, salud, brindaremos con Aurelio Asiain.

Así MP y yo, así las cosas.

[La versión 1.0 de este texto fue escrita en el Vayma, Pie de la Cuesta, Guerrero, el 5 de agosto de 2008.]

14.8.08

El futuro no es nuestro


Viene de aparecer, o de manifestarse en la red, la antología de narradores latinoamericanos noveles (nacidos entre 1970 y 1980) creada por Diego Tréllez Paz durante los últimos meses (o años, en realidad): El futuro no es nuestro. El trabajo, exhaustivo, ofrece una muestra de voces amplia, procedentes de casi todos los países que se encuentran debajo de la frontera mexicana con Estados Unidos. Así las fronteras cruzadas, así las cosas.

12.8.08

El regreso

Uno quisiera quedarse allí, en una hamaca, en la playa, leyendo La línea de sombra, de Joseph Conrad. Uno quisiera quedarse ante las olas, contemplar el sutil nado de las mantarrayas, olvidarse del flujo y el reflujo del tiempo, allí, protegido del sol bajo la sombra de una palapa.

Pero no.

Uno regresa a esta otra realidad, el ruido de la ciudad allá afuera, levantan un edificio nuevo, otro más. Uno bebé una taza de té verde con jazmín y se prepara para salir a la oficina, hay muchos pendientes por resolver.

Pero no.

Uno permanece un momento más aquí, mira el sol del amanecer desde la ventana del balcón y saborea el momento. Recuerda sus pasos sobre la playa, cuatro pies que la recorren de un extremo al otro; y de regreso sobre los mismos pasos, borrados por el mar.

Así los cangrejos ermitaños, así las cosas.